El tiempo fluye sin detenerse. Se escapan las horas y los días y siempre sorprende verificar que apenas acabamos de protagonizar hechos cuando ya se han convertido en historia.
Este número aparece más tarde de lo que hubiéramos deseado. Fiestas entrañables, que no por repetidas dejan cada año de tener el sabor de lo nuevo, ya casi “no encajan” en estas páginas aunque no hemos
querido omitir alguna crónica que, sin duda, llevará una sonrisa a los labios y calor al corazón.