‘Donde hay consagrados, hay alegría‘. Y cariño, y fraternidad, y mucho de Dios y del Corazón de María, y vida compartida, y sueños e ilusiones… Cuando el equipo de Pastoral Vocacional se reúne, cómo el fin de semana del 19 al 21 de enero, el Espíritu sopla en la Casa de Formación y pasan cosas como la que han ocurrido en estos días.
Aunque ya el viernes por la tarde comienza a llenarse de ruidos esa casa, es el sábado el día central y fuerte del encuentro. La mañana la iniciamos de la mejor manera. Delante del Señor, en un rato largo y sin prisas, nos dejamos llamar de nuevo por Dios, recordando cómo fue aquella primera llamada que da la vuelta a la vida y la pone patas arriba, provocando un cambio de miras y un nuevo camino: el que Jesús nos propone para vivir con Él y que, por pura gracia, nos coloca en el Corazón de María.
Recordando esa ilusión, nos disponemos a lo práctico, esta vez desde una metodología novedosa y motivadora. Analizando nuestras fortalezas, aquellos dones que vemos y tenemos, nos atrevemos a soñar alto, sin techos, sin nada que corte las alas. Mucha utopía que desata risas, buenos momentos y una sensación de certeza de que el Espíritu está presente, activo, soplando en medio de nuestra locura. Sueños que nos empujan a entregar más vida, más tiempo, más fuerzas. No faltaron durante el día la Eucaristía y el compartir tiempos de distensión, que bien podemos decir que ayudan mucho a crear vínculos profundos y a poner de manifiesto la fraternidad que nos une.
Después de un merecido descanso nocturno, para despejar la cabeza y reposar todo en el corazón, el domingo volvimos sobre temas que nos preocupan y ocupan: nuestra organización, cuestiones prácticas de cara a las jornadas de formación permanente de este verano, que vienen marcadas con el matiz del 75 aniversario de nuestros inicios institucionales, y la necesidad latente de adaptar nuestro lenguaje y expresión a la gente de hoy. Temas diversos que siempre hacen que el tiempo se nos quede muy corto. Verdaderamente, el Espíritu está entre nosotras.